¿Es realmente ciego el amor, o es aquella sinrazón que es, a la vez, la mejor razón? No la quiere, decía una gitanilla del marido de su amiga, no le pega ni nada… Las modistillas que aprendían a coser con mi madre, cantaban la canción de moda: “¿Por qué me pegas si sabes que te quiero, te falta algo, te quejas por dinero? ¿No salgo yo mientras tu vas a emborracharte? He de robar para poder acariciarte…”
Ni el maltrato, ni el desprecio, reducen según qué tipo de amor, parece incomprensible, pero es así, sin saber muy bien por qué, nos atrae aquello que siempre elogiamos de la locura, y que hace, casi patética, la normal racionalidad de un sincero amor de buena gente. Como dice la canción... qué bonito seria amor amar, y a dos y a la vez, como digo yo. ¿Es realmente ciego el amor? No tanto, a mi me lo demuestran cada dia…
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