Y puestos ya a mirar limpio y largo,
nos iremos a ver las amapolas...
que se expresan en propiedad y en compañía,
ya no son las únicas novias del campo,
aunque sigue flirteando con ellas…
Y puestos a mirar de cerca lo profundo,
nos iremos de romeros que tiñen sus verduras
de lilas blancas y, a cualquier roce,
te ofrecen el aroma del bosque,
mientras, en los pinos...
juegan las ardillas por los troncos
y saltan sus alegrías de piña en piña.
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