Sentado en mi mesa, la ventana cerca, el mar próximo… Es lunes de Pascua, temprano, la ciudad duerme, se escucha el silencio con sus mil voces en suaves que te tocan el alma. Quizá toque desayuno en la Pineda y comida en la Montoliva, como despedida de la gran semana que Teresa y yo hemos disfrutado, con salud, paz y buena harmonía…
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