Sigo tus huellas, maestro,
aquellas que dejaste
en la arena de mi alma,
y pongo mis pies en ellas,
y aunque son pequeños,
parece que me guíen,
como aquella criatura que se pone
los zapatos de su madre
y anda de mayor…
Tú me enseñaste a hacer,
con orden y método,
con gracia y amor, con placer,
mostrando proximidad
y respeto, entrega total, vocación.
¡Gracias gran maestro,
por mostrarme el camino correcto!
¡Gracias!
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada