Y en el grupo, la euforia...
besos de todas clases y pretensiones,
gritos y sonidos de presencia y subsistencia,
y, entre el jolgorio del escaparate...
ella, más discreta, más prudente,
más ella, más única, más diferente.
Parecía suavizar el ambiente,
recortar los agudos,
callar los roncos del despropósito.
Su alegría era elegante, que no menor,
daba luz y color y su voz sentido común.
Ella, entre el jolgorio...
y el bullicio del eufórico escaparate.
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