Vamos de paseo, tú con tu caballo blanco,
y yo con mi yegua azabache, iremos despacio,
nos embeberemos de paisaje, lo miraremos todo,
te veré, nos verán, me verás...
y el camino se llenará de luciérnagas y en el cielo,
las lágrimas San Lorezo, serán de completa felicidad…
A tu lindo caballo, una belleza, se le escapa una mirada ladeada,
la destinataria, mi preciosa jaca negra, se ruboriza un poco,
baja la cabeza, aminora el paso, y yo le cuento, bajito en suspiros,
que el amor tiene miradas escondidas, ya sean personas o caballos,
yo también la miro, yo también suspiro…
diría que estamos los cuatro, en la montura adecuada,
en el paseo definitivo, aprendiendo de las primaveras...
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