Veleta a merced de los vientos,
de la moneda que incluso puede caer de canto,
de la pelota que es redonda,
pero el bote, muchas veces, depende del suelo.
Gente que le da lo mismo cinco que cincuenta,
hojas secas, juguetes del viento...
en un me da igual el cuando y el dónde.
Hecho y dejado ir, ido de la realidad,
lejos de los aromas y las esencias.
Los hombres no pueden ser hombres si no son libres,
sólo son veletas, simples veletas, nada más.
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