dijous, 15 de febrer del 2018

Frialdad, miseria, despropósito...

Pobres, mutilados, harapientos, destartalados, los ves en las puertas de las iglesias, en las de los supermercados, en las esquinas de las calles más concurridas, y los ves con sus caras plañideras, pidiendo con voces de súplica para comer, también los contenedores son asaltados en busca de algo que llevarse a la boca. La tristeza es aún mayor cuando algunos van puerta a puerta por los pisos y con los hijos a cuestas o de la mano. Se me encoge el corazón, suelo dar unas monedas, o algo para comer cuando vienen a casa, pero sólo sirve para aumentar mi decepción. Hay más de los que se dejan ver, pero aquí... ¡todo va bien!

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