Aquellos tiempos en los que se escribían cartas, se mandaban felicitaciones de Navidad con una tarjeta en forma de pesebre o de Papa Noel, o un abeto decorado con luces de colores… Aquellos tiempos en los que los teléfonos servían para hablar… y tanto las cartas, como las felicitaciones, como las llamadas se esperaban con la ilusión de las mejores esperanzas positivas. Eran otros tiempos, quizá un poco más románticos, menos directos, donde las antesalas se vivían con gran intensidad, aunque menos que en tiempos de nuestros abuelos con sus vuelos de pañuelos y las interminables conversaciones de los abanicos, tenían su aquel...
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