El frío siempre me da aquella sensación de recogimiento y abrigo, de techo y abrazo, café de paz y amor. El frío suena a sopa muy caliente, reservado con estufa, nariz helada y pómulos del color de las manzanas rojas de montaña. El frío suena a proximidad, a las sensaciones de antesalas blancas donde los copos, en un ambiente menos frío, parecen bailar el vals de todas las melodías más dulces y más bellas. Dichoso, bendito frío que me haces ver y comprender la cercanía de tu amor, el convivir de la convivencia de mi buen hogar. Doy gracias por recibir tanto y siempre pienso que pude dar más...
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