Quizá alguna flor se introduzca...
en un porqué de despedida,
y provoque un renacer en las almas,
que les supo a poco tanta primavera.
Ahora los conciertos serán nocturnos,
y, en lugar de árboles, los cobijos...
serán de luna que penetra por la ventana,
siempre abierta a todo cielo.
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