dimecres, 26 d’octubre del 2016

Soy electrónico

Se oscurece el día, llovizna, y la humedad se impregna, sin permiso, por los poros. El paseo es con paraguas y, por primera vez, las orejas cantan y la nariz se tiñe de tomate. Las calles están casi vacías y el mar, no muy despierto, se ve endulzado de un suave chirimiri, casi vasco. Un cortadito caliente y para casa. Hoy cocino yo, aquello de las judías y el huevo duro, ya saben... lo bordo, soy un manitas, electrónico vamos, digo…


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