dimarts, 25 d’octubre del 2016

Hambre

A sus zapatos ya le habían echado medias suelas, y a su traje raído ya no le venía de un tinte, lloraba sin llorar, agotadas las lágrimas, sólo le quedaba una mueca de amargura. Le vi cambiar, con mucho esfuerzo, la mueca por una sonrisa, sincera, trabajada. Pedía trabajo, cuando en realidad tenía hambre, sobretodo de justicia, también de pan. Un día desapareció... deseo que fuera para mejorar y haya podido encontrar su mejor camino.


Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada