dissabte, 29 d’octubre del 2016

Quedé prendado

Me enamoré de su intelecto, lleno de sentidos, 
para dar razón a aquella frase que tanto me gusta: 
“nihil est in intellectus quod prius non fuerit in sensu” 
(Nada hay en el intelecto que no haya pasado primero por los sentidos). 
Ella era un cúmulo de emociones, 
como surtidores de sus indescifrables sentimientos,
y yo quedé prendado y, cuando eso ocurre... 
te suenan a belleza y magia, cada expresión de ojos, 
cada cercanía de alma, cada proximidad física 
que transmite sanas sensaciones de valores ciertos y sanos…


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