Las euforias después de cumplir y asimilar los cumplidos,
los logros del esfuerzo, el éxito personal y social,
estando siempre en guardia contra la vanidad.
El amor que se presentó para bendecir, aún mejor, todos los beneplácitos
hacen que se tenga tal confianza en uno mismo,
que, sin quererlo, casi se muestra agresivo con el resto del mundo,
que, muchas veces, no controla sus miserias.
El consejo es estar siempre en guardia contra la vanidad... y vencer.
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