Me encanta la luna que vigila la noche,
y hasta puede ser llena...
y me gusta la media luna de Unamuno,
que dice que es una cuna y uno se mece en ella,
y curte sus sueños de los vuelos más altos.
Me place la luna creciente, para verte,
incluso la menguante, testigo del beso furtivo,
solo en apariencia, todo consentido.
La luna, ojo amarillo, ojo indiscreto,
no siempre… a veces cómplice.
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