dimarts, 12 de gener del 2016

Fútbol

Soy del Barça, todo el mundo lo sabe y, entre otras cosas, lo soy porque me gusta el buen fútbol, aquel que se fabrica en la Masia, con jugadores como Iniesta o Messi, y con algún añadido, Neymar por ejemplo. Estos días he visto un par de partidos Español-Barça y, pese al empate en Cornellá y la rotunda y merecida victoria (4-1) del Camp Nou, no he quedado nada satisfecho. Me resulta muy triste que el fútbol que tú puedas ver en un partido dependa de la permisividad arbitral. Es como si me dijeran que aquí se juega a lo que el árbitro quiere que se juegue, y esto no es serio.Tampoco entiendo que con un árbitro, dos jueces de línea, otro que hay por allí para los cambios, y a veces dos más tras las porterías, no vean los codazos, pisotones y todo el antifútbol que practican algunos equipos que juegan al límite extralimitado del reglamento, y aún lo consideran armas razonables. Pienso que si quieren acabar con el buen fútbol, van por buen camino. Siempre me quedará el consuelo de ver los partidos de los niños de la Masia, que hacen maravillas con la pelota y juegan de cine del bueno…

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