- Señor, ya no hay caridad, ya no hay compasión, la codicia endurece el corazón de las almas egoístas, decía San José.
Y acabaron en un pesebre, entre pajas y animales…
En toda fiesta, siempre hay momentos para la reflexión. En la mía veo gente limpiando su conciencia, o al menos intentándolo... dan un donativo, una ayuda, comida, otros ni eso. Pero nadie se preocupa de coger el toro por las astas, o de ponerle el cascabel al gato. Parece que no quieren, nunca han querido, solucionar el problema de la pobreza allá en su origen, y ahora se les desborda, porque se han empeñado en desahuciarlos de sus casas. Nadie se preocupó de enseñarles a pescar, y ahora vienen a por peces para subsistir, muchos mueren en el intento, patético…
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