Hoy me divorcio de toda actitud zombi,
de la maldad, de la desatención, del olvido,
de la farsa, del despropósito, del abandono,
del desprecio, de la malicia, de lo superfluo,
del vacío de los llenos multitud,
de la estupidez teatral,
de la búsqueda de otra identidad,
para mejorar y dejar de ser otro,
del orgullo, de la intransigencia,
del silencio obligado y premiado.
Así que me divorcio, o no, porque, realmente,
nunca estuve casado con todo eso.
Me quedo contigo amiga mía, que eres...
la antítesis de todos los sinsabores de la vida.
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