Se me cayó un desdén,
un arrebato, un artilugio...
de desprecio, aparente,
forzado, porque a nadie
le gusta perder, y pocos
saben hacerlo, con dignidad,
si es que la derrota es digna,
cuando el corazón combate,
a pecho descubierto y valiente...
La zorra dijo que estaban verdes,
las uvas, cuando lo verde era...
su negación al esfuerzo...
No fue mi caso, yo fui noble,
y osado, y al máximo de entrega,
y ella, cual entrañas duras,
no me abrió sus puertas...
Quizá hubo dignidad en mi derrota,
ella obedeció a su corazón danzante...
Cuando hay amor, no hay derrotas,
ni victorias, cuando hay amor…
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