Dulce y delicada amiga,
que cual violeta habitas
y embelleces las esquinas,
aromatizas los colores,
y te desvistes de grito y arrogancia.
Cabalgas siempre en trote
de prudencia extrema, sumisa,
y miras con ojos melancólicos,
y hablas en gemidos plañideros,
y escuchas... siempre escuchas,
con la boca abierta,
tragando misterios,
devolviendo delicias...
Dulce y delicada, amiga fiel,
cual violeta, sabia, noble, eterna…
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