Hoy tengo a bien participar
en un concurso de sonrisas,
virtual, claro, imaginado...
Mi abuela hacía una sonrisa cómplice,
de aquellas que te dicen...
tú aguanta el chaparrón,
que luego nos resarcimos.
Mi madre la tenía de suficiencia total,
ella siempre sabía mi pasado,
mi presente, y mi inversión en el futuro.
Mi mujer, la endulza cuando interpreta
mis silencios prolongados o mis cantos,
que suelen acompañarme en la reflexión.
Mi hijo, de pequeño, pasaba a la risa...
directamente, ahora bendice fácil
el contacto y la frecuencia de los aprecios.
Con mis amigos, andamos de sanas ironías,
y nos brindamos las alegrías
y los buenos augurios...
Bien, ya hay ganador en mi concurso,
claro, fácil, ganó una sonrisa limpia,
que salió de un corazón honesto y sincero...
creo que era de mi madre,
que la recogió un poco de cada uno
de los participantes, y me la entregó,
como sólo las madres saben hacerlo,
con todo amor...
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