¿Te acuerdas de un examen de historia?
Tú llevabas la falda de cuadros,
aquella que ponía firmes al aula,
pero es que, además, llevabas...
fechas apuntadas, y unos nombres,
en la parte interior de tus piernas,
y yo, dos bancos más arriba,
me olvidé del examen, y te vi genial,
y tramposilla, humana, como sin delito,
simplemente, una consulta, y de paso,
una muestra de que los datos del saber
se esconden, como los suspiros,
por diferentes expresiones del alma.
Por cierto, eran blancas...
como el trasfondo de tus pupilas incipientes.
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