Quizá fuéramos hermanos de otra sangre,
o entes de polos extremos que se atraen...
buscadores de sonrisas, amantes de caricias,
caminantes al compás de los latidos del corazón...
Quizá fuimos la horma de un zapato de cristal,
que compartimos, por lo cómodo,
y por lo que fue de cierto y sentido el sentimiento...
Es posible que con nosotros, se rompieran
todos los moldes de los constantes estáticos,
y aparecieran los oasis del desierto,
y se despertaran los bosques de las plantas aromáticas...
Quizá fuimos un aparte entre los sueños,
y... amanecimos maravillosamente juntos.
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