Más mar...

Alivio inmediato y duradero
de los sinsabores profundos,
rosas blancas que aromatizan,
horizontes que te llevan raudos
en el más allá más lejos…
Vaivenes de suavidad hacia la inmensidad.
La playa amiga, cual descanso
del guerrero activo de los goces,
campo de soledad invernal,
otoñales discretos, veranos plenos.
Remansos de paz de las aguas,
campo de reflexión y miras lejanas,
donde certifico lo hecho, los aciertos,
los errores, y me enroco en las raíces
que los temporales han hecho roca…
Con frecuencia voy a ver el mar…
conseguí vivir cerca, un bálsamo,
un solucionario de adversidades,
donde la gente no sólo desnuda el cuerpo,
sino que se ve tal cual, libre,
con sus miserias y sus lucidos,
sus bondades y sus ansias,
sus egoísmos, sus aciertos, penas,
gozos, sueños, tumbas, logros,
fracasos, luces, sombras…
Mientras, un baño te devuelve a la vida real,
en general recoges lo que has sembrado
salvo honrosas excepciones,
que haberlas, haylas…