Pienso en mi cerezo con emoción, lo visualizo,
lo veo hermoso, joven, verde, es bella hasta su sombra
que parece una representación artística de una obra de arte.
Lo veo florido, como con un baño de blanquísima nieve
que va cubriendo todas sus ramas, lo miro, me extasío,
no sin antes presenciarme sus enormes cerezas...
de un sabor y textura de calidad extrema.
Y acabo llorando… un día de viento, cruel, sin escrúpulos,
me lo arrancó de cuajo y me quedé como quien pierde en el alma
...su mejor parcela de bella naturaleza.
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