Siempre tengo un qué ver con los niños... Hoy reparo en una parejita de gemelos, rubitos, de tres años, Ariadna y Elías, con una carita de pollito picantón y unos ojos… ella, azules como el mar de cielo al sol y él lo mismo pero con algún incruste de montaña. Están con su padre, se comportan de manera excelente, él pide una pasta de chocolate y ella de crema... llega la mamá, se ponen en marcha los complejos de Edipo y Electra, es decir, la niña se comunica con el padre y el niño con la madre, hablan suave, sin agudos, me encantan, buena familia…
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