En la plaza, un hombre con una jaula… ha soltado una tórtola, parece ser que herida se le posó en el hombro y él la recogió, se la llevó a casa, la curó, la alimentó, y ahora, ya sana y bien, la ha soltado. El animalito persiste en un árbol y el buen señor se lo mira embelesado, con la jaula todavía abierta. ¿Volverá a la acogida generosa de un alma buena, o hará buen uso de su libertad y buscará familia y amigos en la arboleda de la plaza? El buen hombre me lo cuenta, dubitativo y satisfecho…
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