Y al cerrar los ojos, la plaza soñada, tú paseas,
yo casi también, o es mi mirada que te sigue...
escondida en tu sombra.
Y aparece el banco y la fuente,
el nenúfar y la rana, y la encina cercana,
y el reloj de la iglesia que, de viejo...
ya no marca la hora, la fatídica, la del regreso.
Y aparezco raudo, casi seguro, liberado, decidido...
y te veo con ademán escrutante,
pero con las puertas de mi esperanza...
abiertas de par en par, o esa es mi ilusión,
verte, aunque sea en sueños, con los ojos cerrados
...para ver mucho más clara la luz.
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