Solíamos tener una buena relación, a mí me gustaba captar su atención y a ellos escuchar mis historias y mis comentarios adicionales. Recuerdo a uno, un encanto de criatura, que en los exámenes solía incluir todas mis observaciones personales sobre el tema, y a mí me caía la baba al ver que no sólo lo había estudiado bien y lo sabía sino que, además, se complacía en recordar todo aquello que yo añadía para certificar mis explicaciones. Me emocionaba... era, supongo que ahora a punto de terminar sus estudios aún lo sigue siendo, un alumno feliz y entregado, seguro.
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