Y de repente aquel rincón mágico,
con una piedra a modo de asiento bucólico,
con todo el tiempo del mundo,
donde los viajeros soñadores se sientan
...al lado de unos bellos romeros,
cobijados por los pinos donde viven...
las hermosas ardillas.
Aquel rincón que abraza los descansos,
un sol atenuado por las hojas del pino
a las que una brisa suave hace teclear
músicas de ensueño, o en su defecto,
los jilgueros que siempre aparecen...
completando el encanto de los sueños del bosque.
De repente... la magia.
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