Se acercan los fríos, alguna niebla, alguna lluvia, alguna nieve… En mi ciudad, no mucho de nada, sólo una vez recuerdo una lluvia fatal que desbordó el río e inundó todos los bajos de las casas cercanas. Pero ya pienso en las prendas de abrigo y en el chocolate caliente, en los árboles nevados que todos parecen cerezos en flor, en los paraguas para dos y en el agua fina que no cesa, por ser cómplice de la armonía y la afinidad de las parejas que gozan de su proximidad…
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