diumenge, 28 de juliol del 2019

Llover a gusto de todos

Cuando la canícula se pasea impune por las calles de agosto, uno piensa en la gota fría que te lleva a casa para degustar de los refranes tras el fuego. Con los cuarenta grados de calor, siempre pienso en que me cae una lluvia fina, refrescante, que se intensifica a voluntad. Y en el frío del invierno oscuro, uno sueña con la estufa de leña, el café corto, el libro empezado, sabiendo siempre que nunca llueve a gusto de todos, ¿verdad?

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada