Es nuestro gatito, el rescatado de los arrozales, no sé si abandonado o nacido por allí a la intemperie… Ahora es una delicia de animalito, uno está pierna sobre pierna, y él salta, se coloca, se acomoda, lanza un suave sonido, gutural claro, como reclamando una caricia, se estira y casi que se duerme… Me encanta su relación con nuestra perrita Lucca, ella parece que lo adoptó y le despertó el instinto maternal, juegan, se rozan, duermen juntos...
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