Y al despertar, nadie, me vuelvo al sueño,
y allí tú, flor de luz del vergel, y yo por allí,
negociando con Morfeo la eternidad del momento.
Cuántas veces los sueños nocturnos que tanto gozamos
tienen un amanecer acelerado,
y un inesperado choque frontal con la realidad.
Soñar bonito y un despertar donde no haya diferencias
...sería un ideal de sana convicción.
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