Allá en la cuerda de un amarre,
el cormorán se da un baño de sol,
extiende las alas poderoso,
y no se molesta en absoluto
al ver cómo merodean las gaviotas
...por sus alrededores.
Él espera las barcas que están faenando,
sabe que, a partir de las cuatro de la tarde,
irán llegando y tendrá mucho que bucear
para conseguir su diaria ración de pescado.
Pese a ser negro, como algunas malas almas,
siempre les he visto con una cierta simpatía,
son hasta divertidos, parecen jugar contigo…
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