He quitado la voz del televisor, estoy viendo tenis, juega Nadal, el rey de la tierra batida, un muy buen espectáculo. No se oye nada, parece que todos los componentes de mis silencios preferidos duermen… En un momento dado, cierro los ojos, quiero saborear la paz reinante, la calma de la barca en un mar de sosiego. Me reinicio, pongo algo de voz, no suelen gustarme los comentaristas de partidos, nuevo silencio, me basta con verlo, me gusta, sin partidismos... la mayoría de comentaristas, sobretodo de fútbol, nunca son neutrales y lo ven del color del que les paga, y les saco la voz, sólo así puedo gozar del espectáculo deportivo.
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