A tus rizos negros solo le faltan cascabeles,
pero bailan igual, al compás de la brisa que acaricia.
Mechones ondulados, azabaches de luz
que esconden tu cara en porciones,
mostrando en delicia espacios sin malicia.
Tus cabellos son cascadas suspendidas
en los suspiros de los amantes potenciales que te asedian.
Te anuncias en negras melodías
al viento huracanado de los deseos,
vuelos en motor silencioso por los encantos de la discreción,
y yo dibujo en un lienzo, toda mi pasión,
mientras un jilguero rezagado me muestra su encina,
igual que tú los ojos luz…
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