Me resbalan las hipocresías, las grandilocuencias al por mayor, los adjetivados a modo de aderezos, a la esencia pura que nada necesita… Me espanta la comedia fuera del teatro, las representaciones en los congresos de los diputados, para que la gente comulgue con ruedas de molino. Me duele mucho el menosprecio, el ataque frontal a la inteligencia, la corrupción dando lecciones de fraude y creando una escuela donde crecen los infectados producidos. A veces pienso que soy un poco rarillo, o son los otros, los de siempre, los que compran la indecencia sin escrúpulos y gobiernan desde el poder corrupto... ante el aplauso de tanto miserable que se quedó sin voluntad.
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