El Delta del Ebro ya verdea, qué paz,
qué descanso, qué sosiego, qué solemnidad,
las aguas entran y salen de los arrozales,
y el paisaje es puro sueño y esperanza.
Y aquí al lado... el río, el Ebro, señorial, ancho,
completo y complacido, pese a tanto escarnio,
tanta pretensión de trasvase interesado.
Y aquí cerca... el mar, qué decir de mi amigo,
belleza y gracia pura…
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