y, pese a todo, se esfuerza en parecer feliz,
diría que hace mucho que no lo abraza nadie,
que tiene poco contacto y calor humano,
y que su hielo se deshiela en fríos deshumanizados.
El hombre tiene una voz de hilos dispares,
de agudos apagados y graves sin trueno…
Va bien vestido pero no hay baile en sus andares,
va o viene, cejijunto y sin expresión,
en busca de un banco escondido
donde llora en silencio la ausencia de su amor propio.
Hay vidas muertas que maltransitan...
entre las indiferencias y una maltrecha autoestima ¿verdad?
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