Mi hijo me mandó una foto de nuestro rosal de rosas blancas, belleza blanca, todas a la vez, parece que se esperen para ofrecer tan espléndida imagen. Es curiosa mi evolución en la apreciación de las rosas, primero fueron las rojas, aquellas que parecen de terciopelo, luego me fascinaron las blancas, como símbolo de belleza y pulcritud, y ahora las amarillas, cuyo color ha acogido la aspiración de mi pueblo oprimido… Rosas, algunas han recuperado el aroma, la belleza nunca la perdieron, ¿verdad?
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