Y, entre los niños, el experto malicioso que te suelta el mamporro en la oscuridad, y el inocente que lo persigue para devolvérselo delante de todos los mayores, para que le tilden de perverso prematuro. Igual pasa en el fútbol, el codazo en disimulo da lugar a un manotazo a cielo abierto, y el todo y la parte te sancionan con cuatro partidos, y encima el genio es el veterano, el que finge, el que engaña y se hace la víctima para que, sin escrúpulo alguno, sancionen al compañero. Cada vez me dan más asco el que finge... y la prensa que lo vende como profesionalidad.
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