Siempre me gusta hablar de la buena gente… En mis tiempos de profesor, siempre tutor de alguna clase, ya me interesaba por los diferentes grupos que se podían observar, no sólo entre los alumnos, sino incluso entre las familias. Recuerdo que me deshacía en la búsqueda de soluciones para el que humildemente me preguntaba qué podíamos hacer. Otra cosa era cuando venía el suficiente de turno, de profesión sus dineros, para imponer más que proponer, cualquier actitud. La buena gente... haberlos haylos en todas partes, ¿verdad que sí? Seguro.
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