En su cara de niño se refleja el futuro, sus ojos miran más allá del patio como si el bullicio y la pelota no fueran con él. Está sentado en un rincón pero recibe consultas, como si pasaran por turnos, pronto se une al grupo, hablan, deciden, juegan, aprenden a vivir y a convivir… Suena la música, se acabó el patio, vuelve a sentarse, sin prisa, espera que todo el mundo desaparezca. Luego, con parsimonia, entra en la clase... quiero pensar que pide disculpas por el retraso, se sienta, prepara su futuro, mira más allá del aula y del patio…
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