Padres separados con niño de diez años. El padre vive fuera, ya con otra mujer, la madre vive aquí, ya con otro hombre. Este fin de semana le toca al padre, pero el niño tiene partido y no quiere ir con el padre, la madre está expectante, y yo, profe del niño, me los miro de cerca. Al cabo de un rato, veo que los padres tienen cogido al pequeño, uno de cada brazo, como para descuartizarlo, estoy a punto de llamar a la policía, cuando veo que lo sueltan, y el padre se va con cajas destempladas. Es este uno de los recuerdos más desagradables de mi época de profesor. En una de mis frases preferidas, solía decir: “Los niños nunca tienen la culpa de nada”...
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