Vamos al río de las piedras...
allí escucharemos el diálogo solemne de los cantos rodados.
Son experiencias que llevan mucho río en sus espaldas,
y que saben de los prontos y de los rápidos,
y de las pendientes y los meandros,
de las fuertes lluvias y de las sequías persistentes.
No, no hará falta decir nada, sólo escuchar para aprender, para saber.
Mientras, siempre es muy hermoso contemplar
un viejo río que atesora tanta gloria y sabiduría natural…
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