buscando resquicios de tu aroma,
mirando las flores que te rendían pleitesía
y escuchando algún clamor
de los pájaros en perpétuo cortejo.
Pero nada, sólo un suspiro...
que se gesta en los adentros,
una lágrima que se resiste a salir
mostrando un significativo desespero.
Y en la desazón sólo me queda...
el recurso de actualizar la nostalgia
y hacer presente el recuerdo,
y revivir las maravillas de un paseo delicioso,
delicia a la que te llevan los vuelos…
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