Nubes, nubes y más nubes, muchas, todas,
algodones varios, voces de aguas.
Negros de noche, con estruendos del dia...
que aún perduran en sus impactos con destino certero.
Y en el fondo de lo negro, el blanco con pretensión de futuro,
la voz escondida que clama incluso en los desiertos de los sordos.
La hermosura del vuelo de los ánades,
que alargan sus cuellos en busca de acelerar el amanecer
que lleve al cazador a descansar.
Pese a todo, la vida sigue, así de igual…
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