Fue un imprevisto, una luz en el camino,
un origen para la reflexión...
en un momento álgido de mi existencia.
Y tú estabas allí, y yo que me movía
...en vuelos superfluos.
Esta vez hice parada en seco, de impacto,
como aquel perseguidor de los cristianos,
que cayó del caballo, víctima de un reflejo divino.
Pues eso... una luz de parada obligada,
que enderezó mi vida, a través...
de un razonamiento lógico y natural,
bañado de la misericordia de tus ojos
y la sana bendición de tu sonrisa angelical.
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